Nació en Piura el 4 de Diciembre de 1830, fue hijo del caudillo Felipe Santiago Salaverry y de doña Vicenta Ramírez. Establecido en Lima, el general Salaverry trajo a su hijo a esta ciudad para vigilar su formación y ponerlo al cuidado de su esposa, doña Juana Pérez Infantas.Derrotado el general por Santa Cruz, y fusilado en Arequipa, la viuda y sus dos hijos debieron huir a chile para librarse de la persecución de los enemigos de don Felipe Santiago. Regresaron al Perú 4 años después. A la edad de 15 años, Carlos Augusto inicio la carrera militar, en la que ascendió hasta el grado de teniente coronel.
Se casó con Mercedes Felices, cuando él tenía 20 años. Fue un matrimonio efímero. Después amó a Ismena Torres, cuya familia se trasladó a Europa para no verla vinculada al nombre del poeta. El diario en prosa escrito por Salaverry para registrar las incidencias de su idilio con Ismena se convirtió después, transpuesto al verso, en su mejor obra: Cartas a un Ángel.
Fue secretario del presidente Mariano Ignacio Prado y combatió en la batalla del 2 de mayo de 1866. Se enroló en la diplomacia, lo cual le permitió visitar Estados unidos, Inglaterra, Francia e Italia. Estaba en París cuando suprimieron su cargo, y durante 6 años vivió acosado por los sinsabores. Ya en Lima, fue partidario del presidente García Calderón. Marchó nuevamente a París para contraer matrimonio. Durante su viaje de bodas, en Alemania, lo atacó la parálisis. Murió en parís en 1891.
Carlos Augusto fue un poeta y dramaturgo peruano, considerado, en el panorama de la literatura de su país, como el más destacado del Romanticismo, junto con Ricardo Palma. Es muy celebrado por sus composiciones de carácter íntimo y amatorio, entre las que destaca el poema titulado “¡Acuérdate de mí!”. Esto le sirvió para hacerse llamar: “el cantor de los sepulcros” y “el ruiseñor del chira”.
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